El 10 de diciembre de 1983, Leopoldo Bravo asumió como gobernador de San Juan en un acto memorable. Tras el triunfo del bloquista, arrancó la difícil tarea de rearmar un sistema de gobierno roto. Los poderes del Estado, que habían sido desmantelados, tuvieron que ser reorganizados. Lo mismo se trasladó a los municipios. Las organizaciones de lucha por los Derechos Humanos cobraron mayor visibilidad y son las que llevan hasta hoy la bandera de la Memoria, la Verdad y la Justicia.
El 30 de octubre se celebraron las elecciones, con un clima de enorme interés. En 40 años de ejercicio ininterrumpido de democracia, no ha sido superado el porcentaje de votantes que asistió a las urnas en el ’83, alcanzando en San Juan el 86,4% del padrón. El bloquismo, con la fórmula Leopoldo Bravo-Jorge Ruiz Aguilar, se impuso y se quedó con la gobernación. En segundo y tercer lugar quedaron el peronismo y el radicalismo. En la categoría presidente, Raúl Alfonsín cosechó un apoyo inapelable tanto en el país como en San Juan.
El 10 de diciembre fue una fiesta. El acto de asunción incluyó una enorme manifestación popular en las calles. La gente se organizó y ocupó las veredas de la avenida Ignacio de la Roza para bendecir al Gobernador que había sido elegido por el pueblo. El dirigente bloquista Enrique Conti, que fue por aquellos años uno de los armadores en el territorio, recordó ese día: “Ese 10 de diciembre fue simbólico. Fue simbólico el acto de asunción. Primero, lo fueron a buscar a él –Bravo– y a su esposa –Ivelise Falcioni– en el Packard de 1927 que compró Cantoni para el gobierno. Hizo su ida triunfal desde su casa hasta la Legislatura vieja, luego en ese mismo auto fue a Casa de Gobierno donde le dieron la banda y el bastón. No existía el acto del Auditorio, antes la toma de mando era dentro de Casa de Gobierno con la banda y el bastón”, detalló. Para Conti, ese 10 de diciembre cambió para siempre a San Juan. Bravo gobernó dos años, renunció tras un resultado adverso en las legislativas de término medio, pero en 1983 se anunció la construcción del dique Cuesta del Viento -con promesa de financiamiento de Alfonsín- y también la creación de la Dirección del Joven y la Dirección de la Mujer, dos sectores fuertemente golpeados durante la Dictadura. “La institucionalización llegó a San Juan con la democracia y con don Leopoldo”, agregó Conti.
El 30 de octubre también fueron elegidos los legisladores provinciales, que le volvieron a dar vida a la Cámara de Diputados. Ese recinto donde se cruzaban ideas y se encendía el debate fue el primer centro clandestino de detención que armó el gobierno militar en San Juan. Una bofetada a la democracia, así definió esa decisión no casual el sociólogo José Casas. Los resultados obtenidos en las urnas le dieron la mayoría absoluta al partido bloquista, que cosechó 30 de los 34 diputados electos. Hubo que realizar nombramientos y rearmar la administración legislativa tras el desmantelamiento del gobierno de facto.
El Ejecutivo tuvo la potestad de reiniciar el Poder Judicial, de revisar los nombres de los funcionarios judiciales que actuaron durante la dictadura y hasta de removerlos. Don Leopoldo decidió que la estructura continuara casi sin cambios. El único que no consiguió la bendición de Bravo fue Juan Carlos Caballero Vidal, juez de primera instancia en aquellos años, quien fue acusado posteriormente de no motivar las investigaciones pertinentes para esclarecer el secuestro y las torturas que sufrió Héctor Cevinelli y la muerte de Alberto Carvajal, quien fue torturado en el Penal de Chimbas. Ambos casos ocurrieron en 1977. Caballero Vidal, que llegó a ser miembro de la Corte de Justicia en la década del ‘90, fue condenado a dos años de inhabilitación en el juicio que lo tuvo contra las cuerdas.
En los municipios, el desafío era rearmar los Concejos Deliberantes, estructuras que fueron desmanteladas en el gobierno de facto. Ciro Maturano, electo intendente de Rawson en 1983, contó cómo se vivió esta instancia: “Había que hacer todo de nuevo porque habían caducado y hecho desaparecer todas las ordenanzas y decretos. Reconozco la función de los integrantes del Concejo porque se abocaron a la tarea de hacer ordenanzas. Nos llevó un tiempo este armado. Una anécdota es que, a los dos días de haber asumido, bajan los integrantes del Concejo y nos dicen que se van a llevar los muebles de la intendencia. Pregunto por qué, y me dicen que son de ellos. Cuando el golpe eliminó el Concejo, se distribuyeron los muebles en otras dependencias. Le pedí ayuda al Ministro de Economía, y me dio el dinero para comprar muebles para mi despacho. Había que hacer todo de nuevo para encarrilar la gestión de la Municipalidad”, detalló.
Según indicaron las fuentes consultadas, la restauración y el funcionamiento pleno de las instituciones demoró seis meses. Los empleados administrativos que se vieron obligados a renunciar durante la Dictadura por la persecución no volvieron a sus lugares de trabajo.
Con el regreso de la democracia, el pedido de justicia se activó con más fuerza que nunca. Los militares durante sus últimos años en el poder intentaron quedar impunes. Armaron una maquinaria para evitar ser juzgados. Las organizaciones de lucha por los Derechos Humanos comenzaron a tomar un mayor estado de visibilidad. Las víctimas del horror armaron agrupaciones que les permitieron encontrar un refugio ante el arrebato y batallar en conjunto para obtener Justicia.
En diálogo con Tiempo de San Juan, la madre de Plaza de Mayo, Taty Almeida, recordó cómo se fueron acercando a la agrupación madres de desaparecidos de todas las provincias. En San Juan, tuvo un papel enorme Esther Pezoa de Schneider, que durante años ocupó un lugar en la Feria de las Pulgas y desde un pequeño stand recordaba lo que pasó durante la dictadura. Esther era la madre de Perla Schneider, estudiante sanjuanina desaparecida en Córdoba en 1977. Esther murió a los 99 años, en abril de 2018. Sus cenizas fueron esparcidas en Plaza de Mayo, donde se originó una lucha inclaudicable por su hija.
HIJOS nació en 1995. Es una organización que lucha contra la impunidad, que busca la reconstrucción fidedigna de la historia, la restitución de la identidad de los hermanos y familiares secuestrados y apropiados durante la dictadura, así como también la reivindicación del compromiso histórico de las víctimas. En San Juan, HIJOS arrancó a inicios de los 2000.
Victoria Benítez es parte de la agrupación. Cuando Victoria tenía dos años y medio, la Aeronáutica entró a media mañana a su casa de Las Heras y se llevó a su madre Orfila y a un compañero que vivía con ella llamado Julio Pacheco. “A mí me dejaron con un vecino. Mi vieja ya usaba nombre falso, era Carmen, y a mí me decían Bachi, creo que por una canción de María Elena Walsh. Me acuerdo de llorar como una bestia, y me acuerdo de mi mamá, cómo gritaba y puteaba, me acuerdo del pasillo que estaba oscuro y sucio y del arenero que había en la casa, una especie de conventillo. Son como flashes. Hasta recuerdo el perfume de mi vieja”, rememoró. Hoy le dijo a Tiempo: “La desaparición te obliga a matar vos misma a la persona. He imaginado a mi vieja muerta 500 veces para poder cerrar la historia y seguir adelante. Ya no espero como antes que ella toque el timbre. Mi esperanza es encontrar un resto de ella y decirle a mis hijos: acá está la abuela”.
Gabriel Farías es hijo de Nicolás Farías, secuestrado, torturado y asesinado por la dictadura militar en San Juan en agosto de 1976. "Todo lo que sé de mi papá es a través de una reconstrucción que fui haciendo mediante sus fotos, los relatos de mi mamá, de mis tíos y de toda la familia y sus amigos", dijo y rescató el papel clave que tuvo HIJOS en su vida, como un espacio de contención, porque "nadie se salva solo".
Carlos Goya es el primer nieto recuperado de San Juan y también es parte de HIJOS. En 2008 supo que la familia que conoció no era su familia. Sus padres lo habían tenido en México y España, y cuando venían a Argentina, ellos desaparecieron. El 22 de mayo de 2008, la Policía llegó hasta su domicilio, que compartía con Alberto Tejada, ex oficial de Inteligencia del Ejército Argentino, y se llevaron prendas y elementos íntimos para extraer ADN y confrontarlos con muestras de Francisco Goya y María Lourdes Martínez Aranda, quienes resultaron ser sus padres biológicos. Ese 22 de mayo Carlos supo que era Carlos.
A 40 años del regreso de la democracia, vuelven a cobrar vigencia las palabras del fiscal Julio César Strassera en el juicio a las juntas en 1985: "Nos cabe la responsabilidad de fundar una paz basada no en el olvido, sino en la memoria, no en la violencia, sino en la justicia. Quiero utilizar una frase que no me pertenece, porque pertenece ya a todo el pueblo argentino. Señores jueces: ‘Nunca más’."
Fuente: Nota publicada en Tiempo de San Juan el 2 de diciembre de 2023.