Los refugios construidos por Domingo Faustino Sarmiento en la cordillera de los Andes son verdaderas joyas del siglo XIX. Estos sorprendentes edificios, aún conservados, representaron una novedad y una ingeniosa solución para los desafíos que presentaba la inmensidad montañosa. Sarmiento, quien cruzó los colosales macizos de los Andes numerosas veces y llegó a ser presidente de la Nación, se destacó por su empeño en esta obra.
Aunque Bartolomé Mitre había iniciado la construcción de refugios, Sarmiento expandió y multiplicó estos espacios en la vasta cordillera. Consciente de las difíciles condiciones de vida en las montañas, especialmente en otoño, invierno y principios de primavera, Sarmiento mandó construir refugios para proteger a los arrieros de los intensos temporales, como el temido viento blanco, y también para resguardar a los animales. Estos refugios, erigidos en piedra en los pasos sanjuaninos y riojanos hacia Chile, se construyeron con materiales locales como piedras y argamasa, una mezcla resistente de adobe, cal y arena que mantiene bien la temperatura. Además, se construyeron corrales de piedra para proteger el ganado.
Los primeros refugios se levantaron entre 1862 y 1868, y Sarmiento continuó esta labor durante su presidencia, entre 1868 y 1874. Con el tiempo, estos refugios han atraído la curiosidad del turismo y hoy en día hay un creciente interés en ellos. Los refugios diseñados por Sarmiento en las provincias de San Juan y La Rioja no solo demuestran su preocupación por la vida silvestre, sino también su deseo de promover un contacto armonioso entre el hombre y la naturaleza, minimizando los riesgos.