Jacinto Capúz y Pérez, nacido en Valencia, España, en 1857, es una figura clave en la historia del arte latinoamericano, particularmente en la provincia de San Juan, Argentina. Su historia, marcada por la pasión por la pintura y una vida dedicada a la creación artística, lo llevó a convertirse en un referente para la región.
De Valencia a Buenos Aires: El inicio de su carrera artística
Capúz y Pérez comenzó su formación en la Academia de Acuarelas del Ateneo de Valencia, donde cultivó su talento y comenzó a ser reconocido por su destreza en la pintura. A fines del siglo XIX, se trasladó a Argentina, donde se instaló en Buenos Aires. En la capital, fue parte activa del círculo artístico conocido como la Colmena Artística, un grupo que, entre 1893 y 1896, presentó exposiciones en diversos espacios como el Teatro Onrubia, el Bon Marché, y en el Nuevo Local de Calle Florida. En estos lugares, Capúz y sus compañeros de la Colmena, entre ellos Ángel della Valle y Vicente Nicolau Cotanda, mostraron al público sus pinturas, caricaturas y grabados.
La pérdida de la vista y su retiro a San Juan
En sus últimos años, Capúz enfrentó una dura batalla contra la pérdida progresiva de la vista, lo que lo llevó a retirarse a la provincia de San Juan. Durante este tiempo, la influencia de su arte y su dedicación a la enseñanza perduraron. Fue el Coronel Luis Jorge Fontana, un destacado militar y mecenas de las artes, quien descubrió y apoyó a Capúz y a otros artistas, tales como A. Pacheco y León Amuchástegui. Juntos, formaron parte de lo que se conocería como el **Grupo Fontana**, un colectivo artístico que contribuyó significativamente al desarrollo del arte en San Juan.
Fontana, con su visión y apoyo, también promovió la llegada a la provincia de escultores y pintores que, como Capúz, dejaron un legado duradero en la región. Entre los protegidos de Fontana se encontraba también el pintor español Manuel Prieto, quien desempeñó un papel clave en la formación de futuros artistas como Daría Echagüe de Santibáñez y Guillermo Santibáñez.
El último adiós: Un legado inmortal
El 8 de noviembre de 1896, Jacinto Capúz y Pérez falleció en San Juan, dejando atrás una huella profunda en el ámbito artístico local y nacional. Su vida y obra son un reflejo de la rica interacción entre las tradiciones artísticas europeas y latinoamericanas, y su aporte a la historia del arte en Argentina sigue siendo recordado con admiración.
Hoy, en la provincia de San Juan, el legado de Capúz y Pérez continúa vivo no solo a través de sus obras, sino también en la historia del arte local, donde su nombre brilla junto al de otros grandes artistas que formaron parte del Grupo Fontana, y que, como él, contribuyeron a la formación de una identidad artística regional.