Esta guitarra sonora
lleva en su caja guardada,
un montón de trasnochadas
y de rojizas auroras.
Conoce tantas historias
que a mi pecho le ha contau,
y siempre me ha acompañau
por donde quiera que fui,
yo nunca le devolví
todo lo que ella me ha dao.
Sos de muy buena madera
de la mejor la más pura,
y te hicieron la cintura
como niña quinceañera,
tenés como cabellera
seis trenzas que son vibrantes,
y te hace tan arrogante
con delgado diapasón
que acaricio con pasión.
tu cuello tan elegante.
Tu boca es el corazón
por donde brotan las notas
y a veces parecen notas
de llanto en el diapasón
salen de tu corazón
con exquisita dulzura
empapada de ternura
pues si estuvieras penando
si a veces se me figura
que vas cantando y llorando.
Yo siempre te pedí tanto,
nunca me has negado nada
siempre dulce y afinada,
acompañando a mi canto
por eso mi voz levanto,
aunque un poco emocionada
por devolver las guachadas,
que tantas veces me hiciste
donde quiera que estuviste
mi compañera del alma.
No sé si es buena o es mala
la noticia que hoy te acerco
te imaginas lo que siento
aquí muy dentro del alma.
Por más, por más que te lo ocultara
hoy se llegó la ocasión
de que te pida, de que te pida perdón
mi compañera de farras,
mi hijo quiere ser cantor
y te he regalu guitarra.
Letra y Música: Ernesto Villavicencio
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