Soy un pedazo de astilla
de algarrobo sanjuanino,
traigo tierra de caminos
salpicada con arcilla,
mi savia es la maravilla
de un algarrobo paterno,
curtido por los inviernos
pecho abierto a los embates,
que no supieron doblarle
los vendavales del tiempo.
Lo cobijaron nevadas
y besaron resolanas,
la inmensa luna plateada
le dio tintes de alborada,
por eso en la madrugada
cuando aparece el lucero,
canta el viento pasajero
la canción de la firmeza,
sobre al dura corteza
del árbol noble y sincero.
((Cogollo))
Amigo (agregar nombre) que viva
hoy le canto mi tonada,
forjada de madrugadas
cuando la besa el rocío,
por eso, amigo querido
lo elegí para el cogollo,
sabiendo que usted es semilla
de madre y de padre criollo,
más bien, dicho, que es astilla
nacida del algarrobo.
Letra y música: Valentín Peralta y Ernesto Villavicencio
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