Los Garramuño son oriundos del País Vasco y llegaron al país en el siglo XIX. Uno de sus descendientes, José María, fue el primero de la familia que se instaló en Jáchal, donde se hizo muy conocido por su trabajo como escribano. Sus hijos eran primos de Buenaventura Luna y su única hija mujer fue una activa militante del radicalismo en esa localidad.
Los orígenes de la familia Garramuño se pueden encontrar en Vizcaya, en el País Vasco y se remontan a la época de Carlos II, que reinó a mediados del siglo XVII. El primero de estos Garramuño que vino a Argentina fue Francisco Javier, a mediados del siglo XIX. A diferencia de muchos otros inmigrantes, no venía escapando de ningún conflicto bélico ni buscando una mejor situación económica. Como un joven aventurero europeo, se embarcó para conocer nuevas tierras y llegó hasta San Juan.
Francisco se dedicó a sus propiedades, tenía terrenos en Carpintería y en la actual zona de Desamparados. Poco después de haber llegado se casó con una señora de apellido Zaballa y tuvo dos hijos: Javier y Cesárea. Quedó viudo y se volvió a casar con Celia Barbé. De ese segundo matrimonio nació José María. Aparte, antes de casarse por segunda vez, tuvo otro hijo, David, a quien reconocieron los descendientes de Francisco varios años después.
El mayor de los Garramuño, Javier, fue soltero y abogado. Era un hombre acaudalado y murió asesinado por ladrones en su casa. La segunda, Cesárea, se casó con Colón Godoy y no tuvo hijos. Colón fue designado cónsul en Liverpool y durante varios años el matrimonio vivió allí, en Inglaterra. En esa época el menor de los tres hijos de Francisco Javier, José, era todavía un niño.
Cuando su esposo murió Cesárea regresó de Europa y se instaló en Buenos Aires. Había traído muebles desde el viejo continente, platería y cristalería. Le preguntó a su hermano menor, a quien apreciaba casi como su propio hijo, si quería que le regalara parte de sus valiosas vajillas y mobiliario. José María le dijo que no y le propuso que donaran todas esas cosas a la provincia de San Juan.
El resultado de esa donación, que también incluyó trajes de la mujer y algunos de sus libros, fue el museo Cesárea Garramuño de Godoy, que estaba ubicado en el subsuelo del edificio 9 de Julio. Algunos historiadores afirman que esa institución tuvo que ver con el nacimiento del Archivo General de la Provincia. Sin embargo, muchos de los objetos que ella donó desaparecieron y algunos de los libros se encuentran actualmente en la biblioteca de la Casa Natal de Sarmiento, aunque nadie sabe cómo llegaron ahí. Además, Cesárea fue la fundadora del Ateneo Cultural Femenino y la Sala de Consulta del Archivo de la Provincia lleva su nombre.
El hijo menor de Francisco Javier, José María Garramuño, nació en 1896 y fue contador público y escribano. Siendo muy joven lo designaron en la creación del Registro N° 1 de la ciudad de Jáchal. En esa localidad conoció a la joven Rosario Roco, hija de un inmigrante italiano y tuvo a sus cuatro hijos: José Francisco, Celia del Rosario, Héctor Aníbal y Pedro Saúl.
En 1923 Federico Cantoni asumió la gobernación de la provincia, fue un tiempo difícil para quienes no compartían la política de gobierno y el escribano, que era conservador, fue uno de los perseguidos por sus ideas. Entre otras cosas, él tenía un gran resentimiento por el asesinato de Amable Jones. Un conocido del jachallero, aparentemente cercano a los cantonistas, le advirtió que estaba poniendo su vida en peligro.
A principios del treinta José se fue a Córdoba para refugiarse. Después también se fueron su esposa y su hijo José Francisco. Trabajó como contador en un negocio familiar y como periodista en el diario Los Principios. Además, allí lo invitaron a la casa radical, conoció a Hipólito Yrigoyen y se afilió al partido.
En febrero de 1934 terminó el gobierno cantonista y unos meses después regresó a la provincia. Cuando volvieron a su casa no quedaba nada. Solo lograron recuperar un espejo que les había guardado un vecino.
José María comenzó un importante trabajo desde el registro del departamento. Notó que los jachalleros tenían títulos precarios de sus posesiones, así que hizo un estudio de los títulos de Jáchal y de Iglesia para sanearlos. Además, firmó la escritura donde se establecieron los límites de San Juan con La Rioja en la zona de Jáchal e ideó la creación de la Comisión de Fomento para gestionar diferentes adelantos. Propusieron la creación de un camino a Chile, a Caballo Anca, de una Escuela de Agricultura y una de Mecánica.
Aparte, fue uno de los fundadores y presidente del Club Racing y frente a la plaza departamental comenzó a construir lo que esperaba fuera un hotel. No pudo terminar la obra y unos inmigrantes españoles la continuaron. Eran los Fallo, que después cimentaron las bases de lo que fue la fábrica Clancay.
José María falleció en 1962 y su esposa pocos meses después, en 1963. Los hijos del escribano eran primos del fallecido poeta Buenaventura Luna. Su esposa, Rosario, era hermana de Urbelina Roco, que fue la madre de Eusebio de Jesús Dojorti.
» José Francisco falleció. Era agrónomo y se casó con la porteña Nelly Foco. Trabajó en Agua y Energía y se radicó en Santa Fe para trabajar en la empresa Paraná Medio. Tuvo tres hijos: Gabriela, que vive en Santa Fe y José María y Marcela, que viven en Bariloche.
» Celia del Rosario vive en San Juan, es militante del radicalismo y docente jubilada. Fue secretaria del partido en Jáchal e integrante del Concejo Deliberante durante la intendencia de Dalmiro Garay. Trabajó para la creación del profesorado de nivel inicial y de la única escuela técnica que existe en el departamento, la EPET N°1. Se casó con el comerciante cordobés Emilio José Ygonett, con quien tuvo dos hijos: Alejandra, que es docente y madre de las mellizas Yrina y Emilia y de Héctor Emilio, que se dedica al comercio y es padre de Shania y Shillot.
» Pedro Saúl vive en San Juan, trabajó en Agua y Energía, está casado con Ana María Valladares y son padres de Ignacio y Javier.
» Héctor Aníbal trabajó en Agua y Energía y luego en Paraná Medio, en Santa Fe. Siendo joven administró una finca en Chile y allí conoció a su esposa, Ana María Vilicic. En Santa Fe viven tres de sus hijos: Héctor Aníbal, Marcos, Paula y el otro, Mauricio, se radicó en España.