La Colonia Médano de Oro, ubicada al sureste de la ciudad de San Juan, es hoy un importante distrito agrícola de la provincia que produce un enorme volumen de frutas, legumbres y otros productos. Generalmente se cree que la riqueza de estas tierras es el motivo de su denominación, pero como habremos de ver, esta zona ya era conocida como “Médano de Oro” desde antes de la constitución de la Colonia.
Su origen se remonta a comienzos de este siglo, pero los antecedentes pueden ubicarse desde el siglo XIX. En 1863 Domingo Faustino Sarmiento mandó a levantar el primer mapa de San Juan a cargo del ingeniero Gustavo Grothe. En este mapa se puede apreciar que las ciénagas que entonces ocupaban gran parte del actual valle central comenzaban muy cerca de la ciudad de San Juan, incluyendo lo que sería el Médano de Oro.
Estas tierras habían pertenecido al gobierno de la provincia desde la Revolución de Mayo, y varios gobernadores dispusieron su venta. A mediados del siglo XIX los campos ubicados al oeste del Ciénego Grande fueron adquiridos por la familia Barboza, comprendiendo las estancias El Cerrillo y El Desempeño. Estas estancias abarcaban desde la entrada de las ciénagas por el norte hasta los límites de Cochagual por el sur y desde el arroyo de Agua Negra y el río San Juan por el este hasta los campos limítrofes con el Pocito por el oeste.
En una serie de sucesiones y ventas dentro de la familia Barboza estas tierras quedaron en manos de dos hermanas: Virginia Barboza de Oro y Juana Barboza de Barboza. Cada una tenía la mitad de los derechos de todos los campos. Estas tierras ya eran conocidas como “El Médano” o “El Medanito” en 1871, cuando se las adjudicaron a las hermanas Barboza.
En febrero de 1904 Virginia Barboza de Oro, casada con Guillermo de Oro, vendió a su hijo, Juvenal de Oro, una parte de las tierras a que tenía derecho. La venta se realizó después de haber concluido el juicio de deslinde con Florencio Zaballa en 1903.
La propiedad de Juvenal de Oro, que tenía una superficie aproximada de 6.000 hectáreas, estaba compuesta por tierras cenagosas y salitres, y se encontraba inculta en su inmensa mayoría. No contaba con ninguna población ni calle pública, excepto en su límite norte; apenas tenía una minúscula finca en el extremo norte sobre el arroyo de Agua Negra. De tanto en tanto se formaba un arroyo que era utilizado por la gente como balneario en temporada estival.
El valor de esta tierra era poco. En enero de 1908 Juvenal de Oro realizó el deslinde y la mensura de su propiedad que arrojó una superficie de 5.994 hectáreas. Sus límites eran al norte un zanjón, que lo separaba de la propiedad de Juana Barboza de Barboza; al este el arroyo de Agua Negra; al sur una línea recta desde la Isla de las Burras en el arroyo de Agua Negra hasta el límite de la Isla Grande y al oeste el arroyo de La Callecita, separándolo de la propiedad de Emeterio Rodas y otros. El 2 de mayo de 1908 Juvenal de Oro vendió esta propiedad, desde entonces conocida como Médano de Oro por la larga vinculación con la familia Oro.
La compradora fue la señora Carmen Scandroglio de Bonvicini, eposa de Víctor Bonvicini (ciudadano italiano avecindado en San juan) que pagó $26.000. El matrimonio Bonvicini tenía el capital suficiente para comprar tierras y experiencia en la constitución de colonias agrícolas, ya que en 1906 había vendido una serie de chacras que poseía en la localidad bonaerense de Trenque Lauquen en $ 110.000.
Inmediatamente después de la compra se iniciaron los trabajos de desecación y drenaje de las ciénagas abriendo una serie de canales paralelos en la entrada de éstas. Simultáneamente se hicieron las primeras labores agrícolas con excelente resultado. El éxito de la colonización encarada por Bonvicini se reflejó en el aumento del valor de las tierras, que apenas cuatro años después eran evaluadas por el fisco en 2.000.000 de pesos.
Hacia 1918, diez años después de la compra, la Colonia Médano de Oro era una zona amanzanada con calles amplias y más de 200 lotes (en su mayoría cultivados con viñas y frutales o dedicados al pastoreo), densamente poblada por agricultores nacionales y extranjeros.
El profesor Guillermo F. Genini es un joven egresado de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes de la Universidad Nacional de San Juan, iniciado en la investigación histórica de temas regionales.
Lloveras, V. El agua en la provincia de San Juan. Su importancia y su mejor aprovechamiento. San Juan, Rodas, 1971.
Fernández, J.R San Juan 1862 – 1930 (En: Historia Argentina Contemporánea Buenos Aires, Academia Nacional de la Historia, 1964)
Gambier. M. Cerro Valdivia: los más antiguos cazadores y su paleomedio en el valle del río San Juan. San Juan IIAM UNSJ. 1991.
Registro Provincial de la Propiedad.
Archivo de la Dirección de Geodesia y Catastro.
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