Horacio Vaccarezza es abogado que desde hace años estudia los fenómenos de la comunicación. Es crítico con el actual sistema de medios y afirma que en la era de la información estamos incomunicados por el exceso de datos secundarios que se dan a cada momento.
Horacio Vaccarezza tiene un apellido tanguero. Su tío abuelo fue Alberto Vaccarezza, dramaturgo y poeta argentino y el máximo exponente del sainete porteño. Estuvo en San Juan en octubre de 2009, invitado por el Foro de Abogados, para hablar de comunicación y democracia con posiciones diferentes de las que se escuchan o se leen normalmente en los medios. Gran crítico de la forma como se maneja la comunicación, asegura que todo está hecho para que la gente no desarrolle el pensamiento crítico.
--Usted relaciona en la conferencia la comunicación con la democracia ¿por qué?
-- Hay diferentes definiciones de comunicación y varios puntos de vista de la democracia. Como conclusión se puede decir que la democracia es un tipo de comunicación, es una síntesis. A la comunicación lo definí como un hecho antropológico de interacción, con el objeto de constituir y transmitir en las personas mecanismo de supervivencia, que permitan que las sociedades puedan avanzar y desparramarse a lo largo de la historia y el espacio.
--Pero la definición de lo que es la comunicación, va variando en el tiempo…
--A veces se asocia comunicación con información. Incluso se mezcla los conceptos de medios de comunicación con los de información. Tengo mis reparos en hablar de medios de comunicación ya que tengo la sensación de que los medios de comunicación incomunican.
-- ¿Por qué?
-- Me parece que el abarrotamiento de información secundaria impide hablar de otros temas. A diario recibimos datos que a nadie le importa, pero todos creemos que nos importan y eso va limando la capacidad de discernir entre lo que se informa y lo relevante.
-- Deme ejemplos…
-- Por ejemplo, cuando viajaba al aeropuerto parra venir a San Juan, el taxista me comentó preocupado que bajó el Nasdaq y el Bovespa. Durante mucho tiempo vivimos pendientes del riesgo país y son pocos los que pueden saber en profundidad qué son esos parámetros y para qué sirven. Eso sí, todos los repetimos con cara de preocupados aunque esos números no tengan ni la menor ingerencia en nuestra vida.
-- El problema es que nos volvemos esclavos de ese tipo de datos.
-- El problema mayor de la sociedad es el status quo, cuando no avanza. Hoy creemos que estamos en un gran avance de la comunicación pero no es así. Sin dudas hay una gran libertad para poder decir lo que uno piensa pero ¿podemos hacer algo con esa libertad, podemos cambiar algo? Y ahí estamos en crisis. Otro tema a analizar es cuando nos dan opinión disfrazada de información.
-- ¿Prefiere que no se opine?
-- Prefiero que se blanquee lo que es opinión de lo que es información. Cuando se titula “La ley de medios K” o “La ley de control de medios”, se está opinando, no informando.
-- Uno ve los diarios de Estados Unidos y abiertamente apoyan a los demócratas o a los republicanos.
-- En eso están mucho más avanzado. Por ahí admiro más a la democracia británica de la norteamericana pero debo reconocer que lo que se plantean, lo que venden, lo que muestran es superior a nosotros. Me parece muy sano transparentar, no vender una cosa por la otra. Si informo, informo, si hago lobby, hago lobby, si opino, opino. Pero no me vendan opinión o simple lobby como si estuvieran informando.
-- Mucha gente no se deja llevar tan fácil...
-- Le doy otro ejemplo: los encuestadores. Como nos dicen lo que pensamos nosotros, nos ahorran el trabajo de pensar. También están los consultores, quienes cobran fortunas para preguntarnos a nosotros lo que pensamos y después decirnos a nosotros lo que nosotros le dijimos a ellos. Eso sí, con cuadritos y gráficos.
-- ¿Qué papel tiene el Estado en el acceso de la información por parte de la gente?
-- El Estado es un elemento centralísimo en la ejercitación del poder general como fenómeno político y en particular en la constitución de la democracia y de la libertad a través de garantizar una comunicación libre, que hoy no tenemos.
-- ¿Qué tendría que hacer el Estado y no hace?
-- El Estado no toma las cartas que debería tomar en los fenómenos comunicacionales. En el caso concreto de la Argentina, me parece que Canal 7, por ejemplo, está haciendo algunas cosas interesantes, según mi opinión, de mostrar noticias americanas y que pasan desapercibidas en otros medios. Es importante saber lo que pasa en Estados Unidos y también en Bolivia. No puede ser que si a uno no le interesa el fútbol y si otro deporte, no tenga acceso a la información.
-- ¿Qué rol ve en Internet en este nuevo fenómeno?
-- Me parece extraordinariamente interesante. No se si por la edad o porque soy un ignorante no nativo en materia informática, a veces me asusta un poquito, me parece un espacio inabarcable, que de alguna manera puede tener un costado para garantizar la libertad y tener otro costado para la manipulación. Es muy fácil con las cosas masivas, poder manipular. Incluso las campañas espontáneas en la que la mayoría participa sin especulaciones, no tienen nada de espontáneas…
-- ¿Cuál es el equilibrio para regular sin censurar?
-- Es un tema muy caro hacia las personas que ejercen el derecho, el estado tiene que regular. Para poder respetar el derecho de todos, tiene que limitarlos. Una cosa era defender la libertad de expresión frente a un poder soberano y otra lo que sucede hoy, donde la información a veces queda aplastada por el mecanismo multimedia de las empresas monopólicas que se dedican a la comunicación. Ya no es la libertad de prensa, se ha transformado casi en un privilegio que conspira, creo yo, contra la misma libertad.
-- Hay situaciones que sólo se equiparán si interviene el Estado. Por ejemplo, los medios de Buenos Aires, mal llamados nacionales, son los únicos que pueden subir la señal al satélite…
-- Y el único que puede garantizar que los medios de todas las provincias estén en el satélite es el Estado. Como en todos los temas, y esto incluye la comunicación, si el Estado no se preocupa porque haya agua potable en el país, no se preocupa nadie.
-- Para usted, no importa tanto el sistema sino como se aplica…
-- Desde ya es así en todos los órdenes de la vida. Por ejemplo, ¿para qué privatizo, para mejorar el servicio o para entregarlo a un amigo? ¿Para qué hago concurso, para que sea elegido el que lo merezca o para arreglarlo y que termine ganando el que tiene “ayudas”? Es decir, más allá de la forma que se elija, la clave es con los criterios que se llevan a cabo.
-- Mire, más allá de regular, la misma persona es clave a la hora de diferenciar entre los que comunican y los que desinforman. Y eso se logra sólo a través de la educación…
-- La educación, que sería el reaseguro para pensar, también está enlatada. Lo más grave es la autocensura, producida por la educación, los prejuicios, los dogmas que impiden la capacidad de crítica, la educación abstracta. De esa manera se construyen sociedades que piensan o que no piensan: las que piensan avanzan, las que no, retroceden.
-- Todavía predomina en el país una educación de enciclopedia, un montón de datos en la cabeza que se repiten de memoria.
-- Le digo más, al menos hace 70 años teníamos esa educación de enciclopedia. Ahora ni eso sino que se relaciona con datos abstractos fuera de la realidad. Hay algún que otro colegio perdido que enseña a pensar, pero en general no se enseña a pensar, estamos perdidos. El punto es que la gente que tiene capacidad de decidir, de pensar de entender, puede construir algo mejor, sino, no importa los mecanismos que se apliquen, todo será una ilusión absurda.
-- ¿Puede dar ejemplos?
-- Hablemos del sistema universitario en donde supuestamente tiene que haber un pensamiento con un alto contenido de crítica. Y nos venden como excelente un postgrado donde se ven 100 mil fallos. Pero todos son fallos similares y lo realmente importante, que nos enseñen a pensar, se lo deja de lado. La forma no garantiza nada en una sociedad donde fácilmente nos enamoramos de los discursos pero no interactuamos.
QUIEN ES
Horacio Vaccarezza es abogado, profesor de Lenguaje, Administración y Conocimiento Científico de la Escuela del Cuerpo de Abogados del Estado; Profesor de Derecho Administrativo de la Universidad Abierta Interamericana; Experto consultor del Instituto Nacional de la Administración Pública; Instructor del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo 2000; Vocal titular de Organismos de Capacitación del Estado. Disertó el viernes pasado en el Foro de Abogados en la jornada “Comunicación y democracia” organizada por el Instituto de Derecho Constitucional y Procesal Constitucional del Foro de Abogados de San Juan.
Nota publicada el 2 de octubre de 2009 en El Nuevo Diario.