Autor: Antonio de la Torre
Arada de invierno. Tristes
amarillean las parras.
La elegía de los vientos
y el temblor de la hojarasca.
Un largo suspiro el surco
bajo el cristal de la escarcha.
En los alambres sensibles
deja la niebla sus lágrimas.
Y más lírica que nunca
ha cantado la calandria.
Neurasténicas se quejan
de frío y tedio las cañas.
Los álamos del camino
han afilado sus lanzas.
En un rincón del potrero
rumian tristezas las vacas.
La nieve, un poncho nativo
que cobija las montañas.
El sol, un cacique enfermo
envuelto entre pieles pardas.
Fuente: antoniodelatorre.com.ar